El acúfeno o Tinnitus, consiste en la percepción de un sonido, que puede ser de distintos tipos, y que el paciente localiza en uno o ambos oídos e incluso en la cabeza, sin la existencia de un generador de sonidos externo. Este síntoma (no se trata de una enfermedad) es extraordinariamente frecuente y afecta a mas del 10 % de la población. En ocasiones es tremendamente invalidante.
La mayor parte de los acúfenos tienen su origen en trastornos del aparato auditivo. Suelen acompañarse de pérdida auditiva y con bastante frecuencia de una hipersensibilidad molesta a los ruidos externos, la llamada Hiperacusia. Estos acúfenos pueden ser debidos a patologías del oído externo (tapones de cerumen), del oído medio (otitis media aguda o crónica, otoesclerosis, otitis media seromucosa…), del oído interno (traumatismos sonoros, envejecimiento, sustancias ototóxicas…) del nervio auditivo y de las vías auditivas en el cerebro.
También pueden tener su origen fuera del aparato auditivo, estando en relación con problemas de la columna cervical, articulación de la mandíbula o del sistema nervioso central. También pueden deberse a alteraciones en estructuras cercanas al oído, como por ejemplo contracciones de músculos de la trompa de Eustaquio o alteraciones en el flujo de la sangre de vasos cercanos y que trasmiten un soplo al oído.